Blogia
Lo que no sabes...

Horarios inhumanos

Horarios inhumanos

> Desde hace cosa de 15 años que en México traemos el jaleo de los Horarios de Verano/Invierno.
Siendo honesto, hasta el día de hoy no tengo la certeza de que ese cambio esté ayudando en algo la generación de energía y el ahorro de la misma.
La cantaleta, ahora ya apenas un susurro, es la misma: estando oscuro más temprano tenemos que encender la luz. Ergo: el famoso ahorro que generaría pues queda mas o menos tablas.
Recuerdo que estaba en los primeros semestres de la universidad cuando salió la onda del Horario de verano.
En aquella época con dificultad sabía cómo aprobaría la materia de estructuralismo, como para que me vinieran a decir que me tendría que levantar una hora más temprano. ¡Una hora más temprano! O sea, si entraba a las siete entonces ahora estaría entrando a las 6. Mira nada más, qué chulada de plan anticrisis (porque en aquel entonces estábamos respirando con trabajo después del Tequilazo del 94).
Recuerdo que el día que llegué a la universidad, y primer día del horario nuevo, todos tenían (y no tengo porque excluirme si lo mío nunca ha sido madrugar) una cara de dormidos que no podían con ella.
Hasta la maestra, una mujer entrada en años, hacía esfuerzos por mostrarse activa y despierta aun cuando sus párpados, reducidos, caían pesados. El sueño era más que evidente en todos. Y no era para menos. Prácticamente nos quitaron a medio país una hora de sueño. Seamos realistas en eso. Teóricamente nos generaría un ahorro bárbaro en consumo de energía, pero en la práctica medio país estaba insomne.
La historia se repetía dos veces por año: cuando teníamos que adelantar una hora el reloj,  cuando teníamos que atrasarlo una hora.
Este fin de semana reciente estrenamos horario. ¿Cuál horario prefiero? La verdad no se. Se que es cosa de acostumbrarse y que a los siete días a lo mucho ya no tendría porqué generar problema en los dormilones. Pero los primeros días es una tortura: uno anda somnoliento, anhelando que llegue cualquier momento para dormir. Y claro, en las noches y madrugada uno está más despierto que a las 12 del día. Es curioso, ¿no? En el día debería de estar tan productivo como en este momento, pero nada. En el día estoy maldiciendo el horario. Ya por la tarde y noche la cosa se pone más ligera y estoy contando las horas para estar en cama. Pero llega la noche y mi cama está intacta, y yo trabajo en propuestas de trabajo y bloggeando. ¿No debería ser al revés? Pues parace que no. Que el horario de verano altere mi bioritmo es más evidente ahora que en sus inicios. Porque sí, cuando era estudiante tenía que acostarme a una hora prudente para levantarme lo menos tarde posible. Ahora que ya no tengo compromiso escolar alguno ya me descarrilo un poco y sí, los efectos del cambio de horario son más severos. En este ir y venir de levantarse tarde, acostarse temprano con una hora menos de sueño y de vida, puedo contar que hoy me recosté en poco antes de la comida y... me desperté poco antes de las 6 de la tarde. ¡Me dormí 3 horas! A mi me supieron como 30 minutos. Ocasionalmente, con los ojos abiertos lo mínimamente necesario, veía el reloj e iba pensando "Ah ya son las 3", a la siguiente revisión del reloj pensaba: "Ah... ya pasaron 30 minutos". Y las últimas veces que lo revisé pasó por mi mente: "Bueno, ya llevo una hora dormido... sigamos".
Yo creo que en lugar de llamarse "Horario de verano/invierno", deberían llamarse "Horarios inhumanos".
Porqué a cómo se sufre con el baile de las manecillas.

1 comentario

dinito otaku -

es todo cierto. el cambio de horario es solo(para mi) algo perjudicioso. ya que si no se usa la luz en el dia k esta claro se usara en la noche. por otra parte para algunos trabajadores les puede ser dificultoso acostumbrarse de nuevo a otro horario, otra luz o penumbras etc.

mui buena opinion.
buen foro