Blogia
Lo que no sabes...

Personas Invisibles II

Personas Invisibles II

> La historia no termina con el hallazgo o la investigación de la persona desaparecida.
En el transcurso, se teje una historia, se crea una apariencia.
Un juego de locos, en el que se necesita un emisor, y una sociedad sedienta de morbo y dolor para subirse en la ola y hacer eco de ese desgarrador llamado.
Llegan las lágrimas, los balbuceos, los rostros inyectados de sangre. La furia. La exigencia de justicia.
La gran mayoría de las historias tienen cierto común denominador: las mamás son las que aparecen a cuadro.
Imploran a la ley divina, que cubra a los humanos y en un arranque de examen de conciencia entreguen a la víctima.
Se agregan detalles y la historia sube de morbo. Se dan pistas de los responsables. Comienza la lista de medias verdades o mentiras completas.
Pero el cabo del tiempo, de los días, la misma soga que tejieron, las comienza a aprisionar.
Las dudas de los medios y de la policía termina por hacer que se abra una gran puerta en el piso, para que las responsables caigan en un túnel oscuro. Reconocer que ellas mismas, las mamás o los papás, fueron quienes mataron al hijo o hija.
Y dan detalles. Cuentan los pormenores, sin censura, de cómo ataron al nene. Lo ahorcaron. Lo golpearon. Le abusaron sexualmente.
Y llega la ley de la tierra. Las penas de muerte. Las condenas.
Y queda en la sociedad ese sentimiento de haber sido engañana. Utilizada. No se culpan entre ellos. Los medios levantan sus cámaras, sus micrófonos, apagan sus grabadoras y se van para encontrar más morbo y dolor ajeno.
A continuación, una segunda parte de las Personas Invisibles, que se gestó sin haber sido pensado. Hurgando en los archivos forenses, tres historias que estuvieron en horario triple A de los medios, y que al final se estuvo tratando con el monstruo mismo. Personas Invisibles II.

Susan Smith: La mujer del Lago

 

Susan Smith 
Susan Smith

 

Susan Smith era una mujer de familia conservadora, originaria de Carolina del Sur. De oficio secretaria, contrajo matrimonio con David, con quien tuvo dos hijos. Maltratada física, emocional y sexualmente, Susan nunca fue feliz. Pero repentinamente, una mañana de noviembre de 1994 acaparó la atención de los medios norteamericanos porque denunció la desaparición de sus dos hijos: Michel de tres años, y Alex de 14 meses de edad.
Y contó los detalles de SU historia: que conduciendo su auto Mazda, un hombre negro la detuvo a punta de pistola, le pidió que bajara del auto, y huyó con sus dos pequeños hijos en el asiento trasero.
Pedía misericorida. Hacía llamados a la sociedad norteamericana para que informaran del hombre negro o de sus hijos. Parte de la campaña mediático-social, consisitó en que las personas que estuvieran solidarizadas con Susan portaran un pequeño listón amarillo.
Podría pensarse que Susan era desadortunada. Tenía buenas calificaciones, y fue reina de Belleza de Carolina del Sur. Pero odiaba vivir en un pueblo pequeño. Constantemente decía su deseo de irse de ese "maldito pueblo".
Hasta el Presidente Bill Clinton brindaba apoyo a su causa. Por diez días, Susan aparecío en las televisión, llorosa, con la mirada baja y una mueca de dolor. La televisión transmitía constantemente videos de Susan y sus hijos jugando y riendo.
Su relación con David iba de mal en peor. Susan comenzó a relacionarse con un millonario local, de nombre Tom Findlay. Los deseos de Susan de salir de ese "maldito pueblo" estaban por hacerse realidad. Susan y Tom comenzaron a salir. Intercambiaron cartas. Se dejaban ver, sin pudor alguno, en el pueblo. Hasta que un día Tom le dijo unas palabras que se convertirían en realidad: quería hacer vida con ella, casarse y ser felices. Pero... ¡no toleraba a sus dos pequeños!
Fue cuando Susan hizo lo que diez días después fue noticia. Una noche, subió a sus dos hijos al auto Mazda Protegé borgoña. Les puso el cinturón de seguridad, y condujó hasta las orillas del lago John D. Long. Bajó del coche. Quitó el freno de mano, y dejó caer el auto a las profundas, frías y lodosas aguas del lago. Al reconocer el asesinato de sus hijos, la policía buscó el auto en las aguas del lago y al encontrarlo toda sospecha se confirmó: los niños ahogados, en el asiento trasero.
Durante el proceso que se le siguió, en el verano del 1995 Susan se declaró "No culpable" del asesinato de los niños. Su abogado argumentó que el momento de llevar al auto al lago no se encontraba mentalmente sana. Para ello se tejió la historia de abusos e incontables intentos de suicidio de la mujer. No obstante, Susan fue encontrada culpable de asesinato y condenada a cadena perpetua sin posibilidades de salir bajo palabra por 30 años. Actualmente cumple su condena. En 2003 dos custodios de la Institución Correccional Leath fueron suspendidos, debido a que mantenían relaciones sexuales con la mujer.

Elvira Luz Cruz: la muerte como salvación de la pobreza

Elvira Luz Cruz 
Elvira Luz Cruz 

Elvira Luz Cruz, sumida en la pobreza, tomó en 1978 una determinación extrema. Sin ingresos monetarios, abandonada por su amante, alejada del apoyo social y comunitario, mató a sus cuatro hijos, para después intentar quitarse la vida.
Los vecinos, esos entes entre solidarios y ejecutores, al escuchar sus gritos de dolor, la entregaron a las autoridades.
La vida de Elvira nunca había sido fácil. Su entorno familiar era una historia más de violencia doméstica. Su vida sentimental, inestable, le había dejado cuatro hijos de distintas parejas.
Al ser juzgada, la sentenciaron a 28 años de prisión. En 1993 salió de la cárcel y se volvió a casar, según algunas vagas informaciones. Su historia inspiró la película mexicana "Los motivos de Luz", del director Felipe Cazals.
Su confesión fue clara: "Los maté porque no tenía qué darles de comer. Estoy arrepentida". Un par de años después cambió la versión de los hechos. Dijo que se había emborrachado y que no recordaba nada. Versión que pocos creyeron.

Diana Lumbrera: latina de fuego y muerte

Diana Lumbrera 
Diana Lumbrera 

Diana Lumbrera, originaria de Texas, tuvo una vida demasiado compleja.
A los 17 años de edad contrajo matrimonio con Lionel Garza, cuya relación fue tormentosa.
Aún así tuvieron tres hijos.
La historia de Diana Lumbrera no sería distinta sino fuera porque en en un lapso de 14 años mató a seis infantes, entre hijos de ella y parientes cercanos.
El promedio de edad de los infantes no pasaba de los 5 años. Diana tenía cierta fascinación con la muerte de los niños. La gran mayoría de ellos murieron por asfixia. Los médicos en todo momento argumentaron que la muerte fue por causas naturales. Diana culpaba de los "accidentes" a su suegra, con quienes se estuvieron criando los niños. En 1991 las autoridades pudieron establacer que Diana estaba matando a sus propios hijos, dejando de lado, pues, las causas naturales.
Sus víctimas fueron:
Primero fue el turno de Joanna, de tres años de edad. En 1976 Diana llevó el cuerpo sin vida de la menor al hospital.
En febrero de 1978, José Lionel, de dos meses de edad, ingresó al hospital. ¿La causa? "Convulsiones". El pequeño recibió cuidados intensivos, pero el bebé murió a los tres días. Declaraciones de una enfermera señalaron que vio salir a Diana de la habitación del niño momentos antes de su muerte. Pero no se pudo establecer la relación con la muerte del menor.
Melissa, nacida en 1975, cuando la pareja festejaba su primer aniversario de bodas. En 1978, a los tres años de edad, Melisa fue llevada al hospital de Bovina, en Texas. Ingresó por la sala de urgencias. Diana dijo que se había "convulsionado". Los médicos confirmaron la muerte por asfixia, pero no hubo necropsia de por medio.
Después de cinco años de relación, Diana y Lionel se separaron.
Su propia sobrina Erica, de seis semanas, también murió en sus manos en octubre de 1980, luego de que Diana saliera a pasear con la niña. "La bebé dejó de respirar", declaró Diana en el hospital.
Melinda Ann Garza, de dos años de edad, murió en 1982. El reporte médico apuntó la causa de la muerte: "Paro cardíaco por enfermedad cardiaca congénita".
Luego, en 1984, el niño Christopher Daniel Lumbrera, de 5 meses y medio, murió según el parte médico por "septicemia" (una grave enfermedad de la sangre).
No fue sino hasta 1990, que Diana llegó al hospital con su hijo de cuatro años, José Antonio. En esa ocasión una enfermera dio la alerta. El reporte médico señaló: "asfixia debido a sofocación".
Tras una investigación, Diana fue culpada de la muerte de sus hijos Melissa y José Lionel, además de su sobrina Erica. Los cargos por la muerte de los otros infantes no pudieron ser acreditados, por falta de pruebas. Actualmente, Diana está cumpliendo tres cadenas perpetuas, en la prisión de Kansas.
Una reportaje publicado en Los Angeles Times en 1991, trata de aclarar y exculpar a Diana. Con diversos testimonios, se pretendía esclarecer el porqué de la muerte por asfixia de sus víctimas, y con ello marcar cierta inocencia en Diana.
Para leer el reportaje de Los Angeles Times pica aquí

Waneta Hoyt: la placentera condolencia

 

Waneta Hoyt 
Waneta Hoyt (1946-1998)

Primero fue un niño, de pocos meses de edad. Waneta dijo que habría muerto por el síndrome de la súbita muerte infantil.
Pero después de ese niño, vino otro. De la misma causa. Y otro más. La lista sumó cinco de sus seis hijos. Las muertes se registraron entre 1965 y 1967.
Luego de las presiones de la policía, Waneta reconoció la autoría de las cinco muertes de sus hijos. Cuando le preguntaron el porqué, su respuesta rayó en lo cínico: Por la primera muerte de su hijo recibió tantas condolencias y apoyo, que se quiso sentir de nueva cuenta querida. El quinto niño murió cuando Waneta tenía 47 años de edad.
Waneta tenía fama de buena persona en la comunidad de Oswego, Nueva York. La calificaban de buena mujer. Buena madre. Buena vecina. Y fervorosa creyente: acudía con regularidad a la iglesia. Incluso, adoptó a un niño.
Nadie entendía los motivos de Waneta. En la web existen algunos foros que tratan de exculpar a Waneta, justificando el Síndrome de la Súbita Muerte Infantil en los niños, y que es prácticamente imposible determinar una muerte intencional de este mal.
En 1996 fue sentenciada a 75 años de prisión. Murió en 1998.

 

---> Tal vez te interese de este mismo Blog: Personas Invisibles I

+  +  +

 

Imagen: Saturno devorando a su hijo, de Francisco Goya (1746-1828)

0 comentarios