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Lo que no sabes...

¡Ah qué narcos aquellos! (2a parte...)

¡Ah qué narcos aquellos! (2a parte...)

La otra ocasión comenté del asunto de la legalización de las drogas en este espacio.
Aquella vez ejemplifiqué el asunto con la entrada en vigor de las leyes antitabaco en México.
Según el alto ejecutivo de una tabacalera, las ventas de sus productos posterior a las leyes antitabaco no representaron un caída sustancial… a lo sumo 1% , pero otro rubro del mercado registró ascenso hasta en un 20%.
Luego, un funcionario antinarco en Colombia explicaba que el asunto de la legalización no es, per se, un problema mayor, siempre y cuando se sepa llevar el tema.
Hoy, afortunadamente encuentro algunas voces más que se suman al tema.
Pero espera… para mi sorpresa, la historia de este tema da un giro inesperado.
En entrevista reproducida por el periódico Excélsior, y originalmente publicada en el diario argentino El Clarín, el multifacético Carlos Fuentes opina del tema (así como también opina de arte, de política, de literatura, de historia, de música, etcétera.)
A pregunta expresa de cómo cree que la irrupción de los cárteles de la droga ha modificado el panorama político, el escritor se muestra a favor de la legalización de los estupefacientes.
Fuentes, quien su más reciente libro habla de México como una narconación, responde: “Estoy a favor de que se despenalice la droga y eso sólo se puede lograr si la despenalizan los Estados Unidos”. Analiza la conveniencia de que si México la despenaliza lo haga en conjunto con un bloque de “seis o siete países”.
Luego de las palabras de Fuentes, hagamos un recorrido en el pasado.
Antes, Estados Unidos en cierto momento del año daba a conocer la lista de los países bien portaditos que demostraban su compromiso en el combate a las drogas. Esto lo hacía a través de la famosa certificación antidrogas, con la cual, si se hacía bien el trabajo, la nación americana proporcionaba apoyo económico, táctico, en equipo para tal labor. De no contar con el palomeo del vecino país, podía acarrear que instituciones financieras (FMI, BID, etc), negaran apoyos al país.
Por muchos años (catorce, para ser exactos) previo al anuncio de los países que hacían bien su tarea, en México se calentaba el tema. Como el reconocimiento, por ser vecino de Estados Unidos, representaba algo más que apoyo en el combate a la droga, era por demás sabido que días antes del anuncio, se capturaba a un pez gordo del tráfico en México. En el ámbito político era el momento adecuado para que el Ejército refrendara al Presidente el compromiso en sus labores para sacar adelante al país.
Pero la cercanía con Estados Unidos tenía sus inconvenientes (Remember: “México, tan lejos de dios y tan cerca de Estados Unidos”.- Porfirio Díaz).
Con el argumento de lucha global al narco, México tuvo algunos descalabros diplomáticos con los gringos. Uno de los más sonados el secuestro, tortura y asesinato del agente de la DEA, Enrique “kiki” Camarena. Para los Yankees, Camarena era un héroe… para los mexicanos un malo del cuento. El conflicto diplomático se extendió hasta el año 2000-2001, cuando un  doctor, supuesto testigo de la muerte de Camarena, el Dr. Álvarez Macháin, es sacado del país (sin papeles, ni permisos, ni órdenes de captura) por agentes de la DEA y es llevado derechito y sin escalas a los Estados Unidos para ser procesado. Al cabo de los años, al médico no se le comprobó mucho y quedó en libertad.
Es entonces cuando Estados Unidos reconoce que el problema del narcotráfico es un asunto bilateral. De aquel lado y de este de la frontera cada parte tiene su tablero de juego en el tráfico, sobornos, venta, consumo de drogas.
A partir del 2001, México ya no tuvo que recibir certificación antidrogas de los EUA.
También, a partir de ese año, los norteamericanos replantearon el mapa del narco en el mundo.
Para México, la certificación, que comenzó en 1986,  se convirtió en planes bilaterales, foros, estudios, análisis. El más reciente, el Plan Mérida, que con un presupuesto de 465 millones de dólares, se planea fortificar a México y Centro América. De esos, 400 millones se destinarían a nuestro país.
Y aquí es donde la historia da un giro interesante…
Colombia produce el 60% de toda la cocaína que se produce en el mundo. EEUU interviene en este país desde hace nueve años con el Plan Colombia y ha invertido en la “guerra contra las drogas” más de 5 mil 600 millones de dólares.

¿Y México? Se calcula que México recibió de Estados Unidos en 2007 $59 millones de dólares en asistencia policial y militar y $28 millones en asistencia económica y social.
¿Quedó claro?
Bueno, la droga es, y ha sido, un negocio para todo el mundo.

Hablar de $59 millones de dólares en asistencia policial y militar habla de que alguien, algunos, se están beneficiando del combate al narco.

Que el 70% de la cocaína que entra a Estados Unidos es a través de la frontera con México, es lo de menos.
Entonces, ¿conviene acabar con tan jugoso negocio?

1 comentario

angie sandino -

A Bolivia la acaban de poner en la lista de mal portados y pienso que este tema debería tener dos caras... Bolivia la produce pero quien la consume????
Un abrazote querido Citizen, perdona tanto abandono, ya se que no tengo madres ni abuela ni nada, pero el cariño está intacto!
Besotes mi niño!