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Lo que no sabes...

Digital vs Análogo

> Vaya batalla en la que me he metido.
Hasta hace unos pocos años, dejé de usar cámara de rollo.
Las últimas ocasiones que tomé mi cámara reflex canon fue en las giras de trabajo, previas a mi salida del gobierno.
En ese entonces le di buen uso - algo rudo - a mi cámara.
Mi relación con la fotografía fue en sus inicios, un tanto, dolorosa.
En mis años en que estaba aprendiendo al arte de capturar los momentos en un cuadro de 35mm, tardé en entender varios cómos. Mi poco entendimiento de los principios de luz/tiempo, que rigen la fotografía, me llevó a estar a un paso de reprobar la materia de fotografía en mis años universitarios.
Desde entonces, y salvo momentos que requerían el rigor, me alejé de la foto (y de mi cámara).
Algunos arranques artistioides afloraban en mi persona y me llevaban a hacer mío ese aparato; después mantuve una relación respetuosa (como los matrimonios que no se deciden por el final, y que para no aventarse la vajilla optan por ese camino) y alejado de las tomas de imagen fija.
Hasta que me incorporo a mis trabajos de supervisión de obras y entrevistas a beneficiarios de programas gubernamentales retomo - con mucha fuerza - la fotografía y cuál va siendo mi sorpresa que ese reencuentro dio muy buenos frutos.
Con mis trabajos de fotografía afiné bastante mi ojo, y logré tomas realmente maravillosas. Muchas de esas imágenes se usaron en documentos de difusión de programas sociales. No todo lo hacía con mi cámara. Muchas tomas las hacía con la cámara digital (muy básica) de la oficina. Y otras tomas, las que podía explotar más, las hacía con mi equipo.
Al igual que yo, Lester se declaró amante de la fotografía por medios digitales al 100%. Por mi parte, siempre me he manejado con cámaras comerciales. Lester con cámaras profesionales digitales. Siempre he pensado que aunque haya diferencia de funciones, si se explota al máximo las utilidades se logran trabajos excelentes con un equipo y con otro. A Lester y a mí nos ha quedado claro en más de una ocasión.
Uno de los aspectos que más nos fascinó de las cámaras digitales - seguramente al igual que a los miles de usuarios en el mundo - es la inmediatez que ofrece al dar la posibilidad de ver a los pocos segundos cómo quedó la toma. Cosa que con la cámara de rollo no sucedía: con esas cámaras uno tenía la limitante de echar mano de la experiencia y conocimientos porque si salía mal la toma y no había posibilidades de regresar a la locación, pues se estaba perdido. Otra limitante: reducir a 24 o en 36 imágenes la locación. Las cámaras digitales en ese aspecto me han mal acostumbrado: la opción de tomar una y cientos de fotos sin preocuparme demasiado por el espacio me ha sacado algunas canas en recientes días.
La transición de un formado (rollo) a otro (digital) fue algo más lento y difícil para Lester; para mí fue cosa de agarrarle la maña a la cámara digital que un par de años atrás Lester me había traído de China.
Hace pocas semanas Lester (uno de mis principales maestros en el tema de la fotografía, y que al paso de los años no solo ha acrecentado mi atracción por esa materia, sino que la ha nutrido con sus opiniones y sus equipos) me regaló una de sus últimas cámaras de rollo que tenía en su vida (de hecho, también, de las últimas cámaras de rollo con funcionalidades digitales que existieron en el mercado).
En cuanto tuve en mis manos esa cámara medio digital, medio análoga, tuve un regreso a mis inicios.
Y apartir de ese momento me propuse iniciar una jornada de comparativos de imágenes tomadas con cámaras digital y análogas.
La jornada inició en el Desierto de los Leones.
Posteriormente el Museo Dolores Olmedo nos recibió al Sr. ABcedario y a mi con nuestros equipos digitales y análogos.
Si se saben diferenciar los detalle se detectará que, en lo general, las cámaras análogas dan una mayor textura a los objetos. Las digitales, por su parte, al estandarizar los párametros de luz, suelen hacer más tersas las texturas.
Sin ser un radical empedernido alumbrado por la izquierda mexicana, me cuesta trabajo decidirme al 100% por una tecnología u otra. Creo que las dos tienen grandes potencialidades. Si bien no cargaría siempre con mi cámara análoga; la cámara digital me ha permitido identificarme mejor con ella (y con todo lo que le rodea). La onda de que en el momento mire cómo me quedó la fotografía es algo que, también en el momento, alimenta el ego. Pero el hecho de que tenga que esperar algunas horas para confirmar lo bien que me quedaron las impresiones de rollo viene, por su parte, a dar aliciente al talento.
Conclusión: la análoga para demostrar que uno no es un improvisado. Las digitales para dejar en claro que para esto nació uno.

1 comentario

Superhero!! -

Ahhh, vaya, eres un profesional de la fotografía.
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Yo soy un aficionado muy aficionado. Pero sólo eso: Un aficionado.
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Desde siempre he tenido camaras digitales. La primera que tuve fue de 4 MP, en su tiempo era de lo mejorcito y de lo mas costoso, ja ja ja ahora me da risa pues ultimamente he visto celulares con cámaritas de 5 MP.
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El caso es que las camaras digitales están evolucionando bien rápido. Mi cámara actual es un poco mas decente: tiene 12 MP, zoom 20x y todas esas funciones para el ajuste de obturacion, velocidad de disparo, etc, etc...
Y vaya que esas funciones también me costó algo de trabajo entenderlas, pero como dices, la rápida visualización de los resultados ayuda mucho.
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Ufff...
Solo hay algo que no me gusta de esta afición. Las mejores tomas siempre las obtengo cuando estoy atras de la cámara. !!Nunca aparezco en mis mejores fotos!!