La lista negra...

> La cosa se pone densa y el mundo empieza a cuestionar las acciones y omisiones de la administración de George W(ar) Bush.
Aunque la historia reciente documentó muchas muestras (y no precisamente botones) de las atrocidades ejercidas por el gobierno norteamericano contra aquellos presuntos miembros o aliados de los talibanes mariguanos, la mayoría de esas investigaciones estuvieron a manos de periodistas que fueron completando un largo tejido de intereses y violaciones a los derechos humanos responsabilizando a EUA y países aliados.
Una parte importante del conchinero que dejó Bush estuvo a cargo de Condoleezza Rice, mujer de hierro y pocas sonrisas honestas.
Parte de su trabajo post gobierno es dar pláticas en escuelas primarias.
Y precisamente en una de ellas sedesarrolló el siguiente pasaje.
Recientemente su secretaria de estado, la negra afroamericana Condoleezza Rice perdió el color cuando asistió a una primaria de niños judíos.
Habló de Disneylandia, del jabón con aroma a rositas con el que Bush se lavaba el trasero, del pollo frito que come tranquilamente en su casa y de las borracheras que organizaba en su rancho en Texas la importancia de viajar y aprender idiomas con vistas al futuro laboral.
Practicamente santificó al ex presidente de la guerra y el terrorismo.
Un pequeño, al iniciar la sesión de preguntas y respuestas, cuestionó a la secretaria "Arroz" (Rice), al preguntarle: "¿Qué piensa sobre las cosas que el presidente Obama está diciendo sobre los métodos utilizados por Bush para conseguir información de los detenidos?".
La querida Condi, como le dicen sus amigotes en privado, no supo qué responder. Pero la primera basura que respondió haciendo una defensa de la administración para la cual trabajó.
Dijo, muy enfática y con esa sonrisa hollywoodense que tiene: "Déjame decirte que el presidente Bush fue muy claro con lo que él quería hacer para proteger al país. Porque después del 11 de septiembre y gracias a los malditos judíos que deshicieron nuestra democracia, nosotros queríamos proteger a la nación. Y fue muy claro que no haría nada, nada, que estuviera en contra de la ley o las obligaciones internacionales. Así que el presidente solo quería autorizar las políticas para proteger Estados Unidos".
Seguramente el pobre niño en ese momento imaginó que una turba de agentes del servicio secreto lo apresarían, le llevarían a alguna de las muchas prisiones en altamar que tiene EUA en el mundo. Para terminar haciendo una pirámide humana semidesnudo.
Luego de esto Condi concluyó su visita a la escuela. ¿Feliz? Quién sabe, igual y no se le movió un pelo por la cantidad de fijador en aerosol que pone a su casco.
Para colmo de males, y para fortuna de la humanidad, Reino Unido recién publicó una lista de hombres a los que la nación les ha prohibido el acceso a su tierra de paz y cerveza.
Por orden de la ministra del Interior, Jacqui Smith, la lista de 16 nombres incluye a supremacistas blancos, curas homófobos, mafiosos rusos, un extremista judío y, sobre todo, islamistas que glorifican en público el terrorismo copan la lista de individuos que no pudieron entrar entre octubre y marzo pasados (desfortunadamente no contemplan a nigún lopezobradorista).
Otras seis personas también tienen prohibida la entrada, pero el Home Office ha preferido mantener en secreto su identidad para no dar pistas sobre sus sistemas de inteligencia.
La glorificación del terrorismo encabeza con gran holgura los motivos de las prohibiciones. Por eso tienen vetada la entrada el cachemiro Nsr Javed, el miembro de Hezbolá, Samir al Quntar, o el diputado de Hamás, Yunis al Astal, además de diversos predicadores islamistas como Abdullah Quadri al Ahdal, Safwat Hijazi, Amir Siddique, Abdul Ali Musa, el escritor Wadgy Abd el Hamied Mohamed Ghoneim, y el extremista judío Mike Guzovsky.
También están el neonazi norteamericano Eric Gliebe, los racistas norteamericanos Stephen Donald Black y Michael Alan Weinery, el pastor baptista homófobo Fred Waldron Phelps Snr y su hija Shirley Phelps-Roper, y los mafiosos rusos Artur Ryno y Pavel Skachevsky.
Creo que el ministerio de Interior olvidó los nombres de más de un ex líder mundial norteamericano.
¡Qué olvido!