De mi vida y mis rutinas
¿Qué hace de los amigos, y la amistad, esa esencia tan adictiva?
¿Porqué no reconoce espacio ni tiempo?
Hace 7 años, Alx se fue a vivir-trabajar-hacersuvida a los Estados Unidos. Para ese entonces, Alx y yo ya teníamos un par de años de conocernos, de haber trabajado juntos (él fué mi jefe en un periódico) y de haber vivido muchas aventuras bajo las estrellas de la noche.
Complicidades y Secretos.
Fidelidades y Encuentros.
Copas y lágrimas.
Repentinamente, un día de tantos y si mi memoria no me falla sería el mes de mayo o junio, me informa que se va a EU. Cuando me dijo que sería en uno o dos meses, visualicé muy lejos la fecha. No dimensioné.
Cuando menos me lo esperé ya tenía la fecha encima. Nos habíamos despedido muy a nuestro estilo: con una parranda, como aquellas tantas que disfrutamos.
Al final de la parranda, cuando se me acerca a la mitad del night club y me dice que ya se va para preparar sus maletas e irse al aeropuerto, el tiempo se detuvo.
No di para más.
Hicimos lo que habíamos hechos en esos meses de intensa y honesta amistad cuando nos sentíamos solos o los problemas nos agobiaban: nos abrazamos fuerte.
Con Alx conocí muchos lugares, muchas personas. A él le debo parte de quién soy actualmente. Apredí mucho y compartí ese conocimiento.
En estos siete años de ausencia, las llamadas telefónicas eran pocas, y cuando se daban eran largas.
Hace ocho días, el fin de semana pasado me llama a casa y me dice que está en México, vino a arreglar asuntos personales y familiares.
Bueno, ayer sábado decidimos recordar y disfrutar de la noche como antaño: mucha música, baile, algunas copas, risas, recuerdos... y el amanecer.
Y despúes de la desvelada y del grato (¡gratísimo!) momento, me pregunto: ¿qué hace que la amistad y los amigos no reconozcan tiempo y espacio?
Porque ayer mientras disfrutábamos de la noche, sentí, percibí, disfruté, esa sensación que dan las relaciones largas y consolidadas: nunca sentí el vacío que, dicen, debió de haberse hecho por la ausencia de 7 años de Alx en mi vida y en mis rutinas.
Tal pareciera que fue antier que nos vimos.
Tal pareciera que nunca se fue.
Tal pareciera que a su regreso en algunos meses o años a ésta su tierra, seguiremos tan unidos como si nunca se hubiera ido.
Porque sí, la amistad hay que vivirla, cuidarla y disfrutarla.
Sin tiempo. Sin Espacio.
Simplemente dejarla ser.
5 comentarios
Citizen -
>> Caro: Creo que me entiendes un poco. Recientemente tuviste una reunión similar con amigos, y vaya que lo disfrutaste. Gracias.
>> Pegasito: Mis amigos, pocos por cierto, han sido mi refugio en numerosas ocasiones. Ellos saben y se han enterado de cosas que ni en mi casa. Gracias y suerte en tu proceso de recuperación emocional.
>> Ferípula: Aplaudo y apoyo aquello de "dejar de llorar y comenzar nuevamente". Gracias.
Feripula -
Los años son instantes cuando el amor es tan grande. Qué lindo, disfrutalo!!!
Me sorprendió tu capacidad de síntesis en mi post...Brillante!
Muák!
Adrian Pegaso -
Siempre los recuerdos y los buenos momentos de una buena amistad quedan latentes.
Bexos
Ad
Carolina -
Ana Gabriela -
Un abrazo y nos leemos!