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Lo que no sabes...

El Gaaasss

No lo puedo creer.

Lo acabo de leer en el periódico español El País.
Hemos vivido engañados.
Esto ya no será lo mismo.

Resulta que los gases emanados del estiércol de las vacas y de sus flatulencias (¡uy cuánta propiedad!), son más contaminantes que los gases de los autos.

Así es. Según el estudio "La Larga Sombra del Ganado", elaborado por la FAO, la ganadería causa más emisiones contaminantes. El documento comenta que una vaca lechera europea en comparación con las emisiones directas de un coche medio, emite en un día lo mismo que ese coche en unos 50-60 kilómetros. Consideremos lo siguiente: se dice que una vaca en europa produce más leche y productos derivados de su especie por la alimentación y tipo de suelo en el que crece. Ok. Hasta ahora todo claro. Mi pregunta es: ¿si esas vacas, tan cuidadas en su alimentación emanan tal cantidad de gases, qué esperaríamos de nuestras vacas costilludas y dormilonas que comen de lo que se encuentran en el camino?

Y la pregunta de ley: ¿Qué hicieron las pobres y pedorras vaquitas para que la ciencia se vaya contra ellas? Sencillo: emitir gases contaminantes. Como lo hacen todos los seres vivos. Como lo hago yo. Como lo haces tú. ¡¡Como lo hacemos todos!! ¿Porqué tanto asombro por los pedos de las vacas?

Científicamente hablando los gases metano y óxido nitroso son mucho más dañinos que el CO2. La relación es: cada gramo de óxido nitroso hace tanto daño como 296 gramos de CO2. O sea que las vacas son unas bombas de destrucción masiva.

Pero esperen. Después de que terminan con la reputación (gaseosa) de las vacas aclaran que ellas no son las responsables absolutas de la emisión de estos letales gases. Comentan los especialistas del Grupo Intergubernamental sobre Cambio Climático que los suelos áridos y la deforestación está poniendo lo suyo.

¿¡Qué fácil?! Primero dicen que las vacas son unas cochinas por echarse tremendos gases, luego dicen que no, que no es para tanto.

Total, que después de leer el artículo me quedan serias dudas. ¿Tiraré la vaquita de peluche que tengo en mi cuarto? ¿Mandaré a la basura la taza en la cual suelo tomar café, y otras bebidas, a riesgo de que en un descuido -tanto de la vaca como mío- respire a profundidad un gas letal?

Caray, cómo da vueltas la vida. Ahora ya no veré con los mismos ojos a las vacas. Tan bonitas. Tan lecheras. Tan pedorras.

1 comentario

Ana Gabriela -

No cabe duda, que todos los dias se aprende algo, y bueno supongo que ahora los ecologístas emitiran algún comunicado sobre el uso de pañales a las vacas, o no?