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Lo que no sabes...

Prohibiciones

Vaya que tenemos prohibiciones.
Pienso que fijarse en las limitaciones, es una actitud retrógrada. Yo prefiero pensar en las libertades, que en los obstáculos.
Pero no seamos benévolos, póngamonos exigentes y amargosos.
Se nos prohíben muchos placeres... y no estoy hablando de placeres carnales o sexuales... No, de esos no. Hablemos de otros placeres. Por ejemplo, el placer de comer... si tenemos la fortuna de gozar de buena salud, pues nuestro menú es amplio. Pensemos en el otro lado de la moneda: que vivamos obsesionados con nuestro peso y nuestra apariencia.
Es divertido ver la actitud de una persona obsesionada, frente a la de una persona relajada en su dieta. Mientras que la última disfruta, digamos, de una malteada de chocolate, la otra persona hace que no ve la escena, se pierde en algún punto del universo, y acto seguido (y si no me crees, verifícalo) sacará por acto de magia un botella de agua, y la beberá como diciendo: "Yo SI me alimento sanamente".
La lista de placeres se extiende hasta aquellos que entrarían en el rubro de "raros" o poco comunes. Digamos, el placer de dormir. Estar acostadito en cama -o en un sillón, o hasta en el transporte público- recuperando sueño o simplemente relajando el cuerpo y la mente, dejando que el mundo ruede, haga y deshaga, proporciona un gran placer.
Claro que hay de placeres a placeres. Es un gran placer, sí, acariciarse los pies, relajarlos... pero tomarlos como un fetiche ya es harina de otro costal.

Hablar de placer, es mostrarnos tal cual somos...

Y es que hablar de placer es hablar de entrar a un plano muy íntimo de satisfacción, es un asunto muy personal al que pocas personas tienen acceso. Es, literalmente, mostrarnos tal cual somos.
Uno de los placeres más satisfactorios -desconozco el motivo- para muchas personas es lo que científicamente se llama mucofagia. Es decir, simple y llanamente, comerse los mocos. O como dicen de manera más moderada: picarse la nariz. Este término me suena más sadomasoquista que el de mucofagia. Picarse la nariz. De pensarlo duele.
Placer practicado por muchas personas, que según testimonios es más común en la infancia.. aunque yo he visto a sendos señores y perfumadas mujeres colgadas del moco, liberando sus tensiones con tan peculiar placer.
Estoy por pensar que el placer de sacarse los mocos -y en un punto extremo ingerirlos-, es inconciente. Siendo no docto en el tema, no se hasta qué punto los placeres son concientes o inconcientes, pero me he fijado que cuando veo a alguien colgado o colgada del moco la mucófaga tiene la mirada perdida, como que está en un momento de relajamiento o distracción entremo que hace que no concientice que su dedo está bailando en su fosa nasal.
Consultando algunas informaciones relacionadas con el placer, me en cuentro que hay el "placer síquico", que es aquel que se deriva de la imaginación, el recuerdo, el humor, la alegría y ciertos sentimientos de paz. Mejor no pudo haber sido: el placer de picarse la nariz da tranquilidad y paz. Suena increíble, pero podríamos concluir eso.

El Placer de Picarse la Nariz da tranquilidad y paz. Suena increíble, pero podríamos concluir eso. 


Ya picados en el tema de las prohibiciones y los placeres, está -aun y cuando al principio no entré de lleno en el tema- el de la prohibición al placer del sexo.
Tal prohibición puede representarse o manifestarse de muchas formas: discriminación, abuso, manipulación... Tema conocido -más como leyenda urbana que como práctica común- es el del sexo en los aviones. Si bien el sexo en los aviones ha servido más para argumentos eróticos de cierta literatura y creación de contenidos sexuales, no deja de ser real y de estar presente.
El asunto sale a colación porque Singapore Airlines acaba de prohibir, explícitamente y más claro no pudo ser, que los pasajeros tengan sexo en sus recientemente estrenados aviones Airbus 380, considerado el avión de pasajeros más grande del mundo. El meollo del asunto es que esos aviones tienen espacio para 12 suites privadas en la zona de primera clase. Las mencionadas suites incluyen, además de tv con posiblemente canal porno y por supuesto algún canal religioso, camas dobles.
La aerolínea dijo a sus pasajeros que se abtengan de practicar sexo en cualquiera de sus formas e intensidades en las suites privadas, porque las recámaras no tienen aislamiento de sonido... o sea, que si empiezan con jadeos, resoplidos, vocalizaciones inentendibles pero muy audibles, corren el riesgo de alimentar el morbo de propios y extraños. Pero Singapore Airlines fue más decente, en un comunicado dijo:

"Todo lo que pedimos de nuestros usuarios es que cuando estén abordo de nuestros aviones, observen estándares que no sean ofensivos a otros usuarios o a la tripulación"

Lo que no aclara la aerolínea, es qué harán a los pasajeros que cegados por el placer decidan satisfacer la parte más carnal y animal de ellos. ¿Los sacarán al pasillo, poniéndolos en evidencia ante todos y quizá levantando las envidias más ácidas? Lo que es más que evidente es la clara advertencia: No sexo...
En este juego se involucran muchos (f)actores o terceras situaciones: para evitar -prohibir- molestar a los demás pasajeros... pero hay una parte muy profunda del inconciente que pareciera que duerme constantemente, pero que cuando menos lo pensamos se despierta de sobresalto y nos atrapa en un juego excitante: convertirse en voyeurista. Pasar de un participante activo, a un espectador pasivo que satisfará una parte de su sexualidad y de su deseo a expensas de terceras personas. Un triángulo perfecto: uno que mira, otros u otros que se dejan mirar, y éstos que disfrutan ser mirados.
Orham Pamuk, Premio Nobel de Literatura 2006, en su libro "Me llamo Rojo" (dicho sea de paso, libro extremadamente recomendable), escribe en uno de los pasajes de la historia:

"Nosotros, los hijos de Adán, podemos conseguir un gran placer con algo a pesar de que nuestra conciencia y nuestra inteligencia sepan que está feo y mal (...)"

Hay muchas versiones del voyeurismo. Un voyeurismo, planteado desde una perspectiva de entretenimiento, la da el mago David Copperfield. Famoso por sus grandes ilusiones de magia, Copperfield en uno de sus más recientes espectáculos realizó un acto que se llama, precisamente, Voyeur.
Un hombre ve a dos mujeres en la cama. El placer, la curiosidad forman parte del número.
Y así como el tema de lo prohibido muchas veces nos deja sorprendidos por los alcances a los que llega, así también dejo ese gran acto de magia de Copperfield. Que es placentero y no está prohibido.
Para sorpresa de muchos.

 

9 comentarios

Maclovia -

Ya me puse al corriente, como siempre un placer leerte.
Tantas cosas prohibidas, algunas veces asta leer o escribir, pero lo bueno es que nos ingeniamos para hacerlas.
Besos.

Jess -

Bueno... primero, Copperfield es un capo!
Segundo... yo creo q el verdadero placer d hacer ciertas cosas va mas alla del simple hecho d hacerlas... aunq esto pueda ser satisfactoria, el placer viene con el hecho d saber q esta "prohibido"... lo hace mas placentero.
Y por ultimo... lo de la aerolinea, creo q al hacr una prohibicion tan explicita y publica solament van a conseguir q mas personas lo quieran hacer por eso mismo d q lo prohibido es tentador... como lo q hablabas la otra vez del sexo en la oficina...
Besos!

Gaviota -

Jajaja la mucofagia!!! iuuu aaascoooo. Lo que si me encantó fue David Copperfield, ese si es magazo de magazos, no como nuestro Beto el Boticario! Besos.

celiux -

jajasjajaj como siempre, querido, excelente post!!!
oye...pues yo si me he sacado el moco...lo confieso....soy una mucofaga anónima...bueno, ya ni tan anónima...jajajajajaja

Demry -

Nosotros imponemos las prohibiciones, y no las ingeniamos, para violar las reglas!!!
Así será siempre...
Un Beso y buen inicio de semana!!!!

Homero -

Bueno: hay una diferencia entre rascarse la nariz por que te pica; que urgarse la nariz por mera manía o placer. También hay otros comportamientos no menos placenteros y vulgares a la vista de todos; rascarse las bolas por ejemplo. Pienso que la aerolínea puso ese mensaje para descargarse. Siempre ha habido y habrá sexo en los aviones. Es inevitable. Un abrazo amigo. H.

angie -

Ciertamente el hombre ó ser humano es muy chistoso, ya que justamente las cosas que fisiologicamente le producen placer, como el rascarse la nariz, las prohibe, estamos llenos de mitos y tabues, nosotros mismos los imponemos y buscamos la manera de violarlos, somos un chiste!
Las cosas van marchando viento en popa con mi madre, ya te estaré contando!

Mil besos y feliz finde!

Mariana -

Pos al Copperfield lo andan refundiendo en el bote por hacer algo prohibido que es andar de violador... no me consta pues, pero eso dicen el los "perióquidos".

Lo de picarte la nariz por más que esté entre aquellas cosas prohibidas hemos de reconocer que no hay quien no lo haga, y además quien no lo haga en público... el que esté libre de pecado, que lance el primer moco... ash, no, mejor no...

¡Besos prohibidos!

;-)

Mariana.

azul -

Que me digan algo que no se este prohibiendo actualmente....menos mal que aún leer aparentemente no lo es...

Un biko y buen "puente", si es que no comienzan a prohibirlos :P