Blogia
Lo que no sabes...

Con poner cara de gatito mojado no basta... (2a parte)

Eso de que el dinero esté puesto así nada más, da tentación a más de uno.
Las historias de fraudes en bancos es larga, pero además de eso tiene, como todo, sus casos más sonados.
Sucede que no solamente Jerome Kerviel, uno de los casos más recientes, ha desfalcado a instituciones bancarias y de crédito. Como lo cuenta la historia, y lo refiere Nick Leeson en entrevista con la BBC, las nacionalidades de los involucrados no ha sido obstáculo para caer rendidos ante el dinero. Lo mismo bancos, que grandes empresas -viene a mi mente Enron- siempre hay uno o más de uno, dispuesto a arriesgar su libertad -en dado caso que sea llevado a prisión- con tal de tener algunos dólares más en sus manos. Y claro, en todo este cochinero siempre correrá la versión de "Aquí no lo conocemos", y se limpien las manos. Acabo de leer que el causante de unas de los desfalcos más altos de la historia, Kerviel, de 31 años de edad, fue imputado por abuso de confianza, falsificación de documentos e intromisión en un sistema de datos informáticos. En este tipo de casos la cuestión de enfoques es determinante. Tanto así que sus abogados defensores afirmaron que su cliente no había cometido "actos deshonestos".
Un caso de los más conocidos es el de un hombre llamado Liu Qibing. Como buen prestidigitador, Qibing desapareció en 2005, después de apostar erróneamente que los precios del cobre iban a caer, lo que generó enormes pérdidas.
Como su nombre no es tan común, se hizo fama rápidamente. Tanto por sus dotes de empresario-banquero, como por su nombre o sus habilidades de "nada por aquí, nada por acá", nuestro taka-taka era una figura familiar en la Bolsa de Metales de Londres, donde se desempeñaba como uno de los principales comerciantes del mercado de cobre, supuestamente en representación del gobierno chino.
Y como buen representante, tenía que poner el nombre de su país en alto. El Buró de Reserva Estatal Chino (SRB, por sus siglas en inglés), entidad oficial donde supuestamente trabajaba, negó conocerlo.
Wang Huimin, un alto funcionario del SRB, le dijo al diario londinense Times: "Nunca he oído hablar de esta persona".
Con esto podríamos pensar que los defraudadores bacarios son entes fantasmales, que aparecen y desaparecen -además de dinero- de la vista de las personas.
Otros empleados bancarios reconocen que el dinero defraudado no fue para beneficio personal -a éstas alturas ya empiezo a creer en los cuentos de hadas-, sino simplemente lo hicieron... por hacer.
Un caso así ocurrió en 2002, el operador de divisas estadounidense John Rusnak, empleado del banco Allied Irish Bank (AIB), fue acusado de falsificar documentos para encubrir malas inversiones. El jueguito le costó al banco la pérdida de US$750 millones.
Después de una investigación de cuatro meses Rusnak fue acusado formalmente ante un jurado federal.
La fiscalía dijo que Rusnak no se benefició personalmente de las pérdidas, que fueron en su mayoría en transacciones entre el dólar estadounidense y el yen japonés. ¿Es decir que la ambición no alcanza a los yenes y dólares?
Según informes, él le confesó al FBI que sus deudas se acumularon mientras trataba de concebir una táctica para recuperar el dinero perdido sin tener que admitir a sus jefes el problema inicial. Porque eso sí, quería decir que se tenía que tapar el pozo, sin reconocer que ya había un niño ahogado dentro.  En 2003, fue sentenciado a siete años y medio de prisión, luego de llegar a un acuerdo con la fiscalía.
El mercado del cobre, al parecer, es un escenario sensacional para los fraudes. Yasuo Hamanaka era el principal inversionista en cobre de la corporación japonesa Sumitomo.
Sus más allegados le decían "Sr. 5%" porque controlaba anualmente cerca del 5% del suministro mundial de cobre. En 1996, la compañía anunció pérdidas de US$2.600 millones debido a operaciones no autorizadas de Hamanaka en la Bolsa de Metales de Londres. También lo acusaron de falsificar las firmas de dos de sus superiores en cartas a inversionistas extranjeros.  Fue sentenciado a ocho años de prisión y salió en libertad en 2005.
Si los dólares son una tentación irresistible, como una pizza con doble queso o una hamburguesa al carbón, las libras esterlinas es un motín que pocos ignorarían.
Peter Young, un gestor de fondos del banco británico Morgan Grenfell, luego adquirido por Deutsche Bank, fue acusado en 1998 de haber causado pérdidas por más de 220 millones de libras esterlinas, en inversiones no autorizadas.
Según Morgan Grenfell, Young empleó dinero invertido en tres grandes fondos europeos de la compañía para comprar acciones muy especulativas.
En diciembre de 2000, un jurado determinó que no estaba mentalmente capacitado para ir a juicio, luego de que se presentara ante un tribunal de Londres vestido de mujer.
La historia no termina aquí... están también los casos de empleados bancarios que cobijados en las informaciones personales de todos y cada uno de nosotros, lucran con ellas. Es más que conocido la venta de bases de datos a empresas de mercadeo. Y tal y como lo comenta un usuario de la página de internet Robos Bancarios, algunos funcionarios de las entidades bancarias venden e incluso transfieren dinero de cuentas de usuarios a... sabrá Dios quién.
Esto nos demuestra que el dinero, tranquiliza los nervios, pero a otros los hace perder el sentido...

3 comentarios

angie -

ah pos ta cabron! yo me parto trabajando y estos por magos o por vivos se vuelven millonetas en un abrir y cerrar de ojos, no se vale! y con poner ojos de gatito de shrek la salvan, no jodas!
Un beso desde miami rumbo a casa!

Mariana -

Pero si no tienes conciencia todo lo demás está de más. Cuando no eres humano todo eso no vale. ¿Son humanos? No lo creo. ¿Tú?

¡Besos humanos!

Mariana.

Gaviota -

Citi, sabes que es lo peor? hoy escuché en las noticias que el defraudador en Francia salió libre bajo fianza que porque no se quedó con el dinero... cómo la ves? Besitos