Cuando las cuentas no salen...
No se qué decir.
Únicamente se que algo pasa: las cuentas, de mi vida, no me están saliendo.
Días difíciles.
Ese gran sentimiento de derrota, de frustración no me lo puedo quitar de encima.
Me obstruye. Me detiene.
Lo peor de todo es que no me dan ganas de volverlo a intentar.
Como un laberinto sin salida.
Perdido.
Confundido.
Desanimado.
Me cuesta trabajo entender al mundo, a las personas. O no tanto de entenderlo, sino de asimilarlo.
Me queda chico.
Me queda grande.
Lo siento incómodo.
Me siento insignificante.
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Gaviota -