Día 1
> Soy de otro planeta.
O bueno, no lo digo en voz alta sino Jaime Maussán correrá para cazarme.
Digamos que mi concepción del mundo, en muchos aspectos, no gira en el mismo sentido que el resto de los mortales.
Y cuando se trata de temas laborales la cosa se pone más ruda.
Hoy lunes me incorporé a una de esas empresas transnacionalesextranjerasgringas muy grandes y que ostentan su logotipo y eslóganes por todos lados.
Digamos que gracias el Sr. ABcedario, quien también trabaja en esa empresa, yo ya tenía bastantes anécdotas y antecedentes de cómo opera la empresa al interior.
Pues hoy me convencí, como mi primer día laboral, de varias cosas. Las enumeraré según caigan en mi cabeza, más no porque en ese orden sea la importancia de mis observaciones management criticonas.
1.- Entre más grande es un empresa, mas inoperativa es.- Así es amiguito. Este es mi segundo trabajo formal y fijo. Como tú (creo que) sabes, soy un free lance empedernido. Mejor dicho: de los free lance, soy un free lance. O sea me gusta vivir en la cuerda floja. Pues en los dos trabajos fijos mi primer día de trabajo ha sido exactamente igual aún y cuando ambas empresas hubieran sido de ramos totalmente opuestos.
El primer día laboral fue coincidente en varios frentes: llego a una empresa donde no saben que voy a llegar y que tengo que esperar en la recepción más de una hora para que me dejen pasar. Claro, me dejan pasar después de que se mandó un mail, firmado por todos los gerentes, el visto bueno de la ancianita de intendencia y la huella del dedo chiquito del pié de todas las secretarias. Así, hoy se me fué una hora en recepción.
2.- De lejos vendrá... .- No tendrá lugar de trabajo. En ambos trabajos fijos me ha pasado lo mismo: llego a mi lugar de trabajo y... ¡no hay teléfono, no hay silla, y de hecho no hay computadora! ¿Porqué? Porque la Perenganita de Tal no pidió a tiempo a los de sistemas equipo de cómputo para el "nuevo talento que se incorpora a la empresa". Por supuesto, todo el día estuve sentado en una silla incómoda, trabajando en la máquina de una mujer que -afortunadamente- no se presentó a trabajar. ¿Ya comenté que, por supuesto, no se me asignó gafete, ni extensión, ni nada que de cuenta de mi paso por esas tierras?
3.- Una gran empresa se preocupa por el exterior de sus empleados...- No tenis. No pantalones de mezclilla. No suéteres con estampados. No vocabulario que altere o deje mala impresión de tu comportamiento en la empresa. No puedes comer en tu lugar de trabajo. ¿El talento está peleado con la forma de verse y vestirse? Pues para muchas empresas sí. Yo, humildemente, pienso lo contrario.
4.- El objetivo de la empresa es... que cada quien se las arregle.- Todas ellas mujeres comprometidas con su empresa y con los objetivos del área de trabajo. Bien portadas, mesuradas, limpias y no usan falda arriba de la rodilla. Ellos de suéter, camisa de vestir, pantalón de vestir, conocedores de la vida. ¿Resultado? Una bola de personas sin vida social (e incluso sexual, me atrevería a decir), que no hablan más que de su trabajo y... de su trabajo. ¿Eso es el "sentido humano" de las empresas?
5.- ¡Sonríe y sé feliz!.- Esa es una de las principales filosofías de ésta empresa. No importa que te negreemos, que llegues a las 7.30 de la mañana y salgas hasta la 5 o 6 de la tarde. ¡Sé feliz! No importa que tengas que hacer un montonal de pendientes. ¡Sé feliz! No importa que ya venga un recorte de personal (eso me lo contó el Sr. ABcedario), ¡Sé Feliz! Demasiado humanismo plastificado.
6.- Todo al alcance de la mano...- Como las empresas modernas creen que si los empleados se salen de sus lugares ya están perdiendo el tiempo por lo que es necesario tenerlos encerrados hasta que enloquezcan, pues es una tendencia muy común de tales corporaciones que te ponen una serie de "facilidades" para tu propio bien (¡ajá!): maquinitas de botanas en el piso, máquinas de refresco y café, al lado de las de botanas; servicios variados de alimentos en las instalaciones corporativas. ¿Todo para qué? Para que no "te molestes" en salir a la calle. Todo te lo da la empresa por chula y bien peinada.
7.- Las secretarias son iguales en todos lados.- Así de sencillo. En cualquier empresa que se precie de ser mexicana tiene a su tradicional "Lupita" con pelo pintado de güero, cejas requete pintadas, sombras de mezclas eclécticas en sus párpados (dorado con color rosa; verde con brillos, sobre una capa de azul cielo). Vestidos con estampado de última moda: telas rojas con flores amarillas de gran tamaño; lucidores diademas o tenazas con flores de tela para detener la cola de caballo. ¡Toda una alegoría a la última moda y buen gusto!
Así que amiguito, el Citizen ahí anda, acomodándose a una empresa que la siente forzada. Y claro, en México y el mundo hay los mismos personajes dignos de un taxidermista de oficinistas.
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CRUDO -