Miércoles de Poesía VI
Exploremos juntos otra faceta de Bendetti.
Su faceta de escritor de cuentos.
Igual de talentoso.
Igual de sensible.
Con ese ligero toque de comicidad que caracteriza a Mario.
El cuento se llama "El Hombre que aprendió a ladrar", publicado en 1990 en su libro "Despistes y Franquezas".
Para algunas personas, "El Hombre que aprendió a ladrar" lo incluyen en el apartado de poemas... yo lo tomo de la forma más ortodoxa: como un cuento.
Disfrútalo, y se testigo de que siempre hay algo que aprender. Yo digo que ésta sería la versión perruna de lo que escribí de "Lecciones de mis gatos".
Cada uno a su estilo.
EL HOMBRE QUE APRENDIÓ A LADRAR
Lo cierto es que fueron años de arduo y pragmático aprendizaje, con lapsos de desalineamiento en los que estuvo a punto de desistir. Pero al fin triunfó la perseverancia y Raimundo aprendió a ladrar. No a imitar ladridos, como suelen hacer algunos chistosos o que se creen tales, sino verdaderamente a ladrar. ¿Qué lo había impulsado a ese adiestramiento? Ante sus amigos se autoflagelaba con humor: "La verdad es que ladro por no llorar". Sin embargo, la razón más valedera era su amor casi franciscano hacia sus hermanos perros. Amor es comunicación.
¿Cómo amar entonces sin comunicarse?
Para Raimundo representó un día de gloria cuando su ladrido fue por fin comprendido por Leo, su hermano perro, y (algo más extraordinario aún) él comprendió el ladrido de Leo. A partir de ese día Raimundo y Leo se tendían, por lo general en los atardeceres, bajo la glorieta y dialogaban sobre temas generales. A pesar de su amor por los hermanos perros, Raimundo nunca había imaginado que Leo tuviera una tan sagaz visión del mundo.
Por fin, una tarde se animó a preguntarle, en varios sobrios ladridos: "Dime, Leo, con toda franqueza: ¿qué opinás de mi forma de ladrar?". La respuesta de Leo fue bastante escueta y sincera: "Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano."
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Sin comentarios....
Nos leeremos... en el futuro...
8 comentarios
Maclovia -
Un abrazo.
angie sandino -
Yo pienso, que el rastro de humanos... es algo de lo que cualquiera quisiera... deshacerse a mil...
Llegué a Lima... gracias por tus palabras... y tu correo...
Kisses!
Gaviota -
NancyQ -
Pero me desperte malhumorada y gruñona (no muy raro en mi), y tuve que poner en mi post al amado Benedetti....
quiza tenga que aprender a ladrar yo tambien ;-)
Te dejo un beso, bueno dos.
Evan -
Me encantó el final!
Un beso y un ladrido con acento humano para vos;)
Mauro -
"Yo diría que lo haces bastante bien, pero tendrás que mejorar. Cuando ladras, todavía se te nota el acento humano."
Muy bueno...
manijeh -
Mariana -
El acento humano... ese creo que nunca se nos quitaría, pobres perros.
¡Que tengas un excelente viernes!
Muchos besos,
Mariana.