Blogia
Lo que no sabes...

Recuperar la historia

Hay una parte importante de mi pasado que no me interesa en lo absoluto recordar.
Y es que es simplemente explicable: es un pasado que en su momento me provocó mucho dolor, y que -como dirían- ¿como pa' qué recodarlo?
Son algunos capítulos en los que, viéndolo en retrospectiva, fui pieza clave, a manera de switch, entre dos personas que se esmeraban por hundir la ya de por si hundida relación. A partir de ese hecho, y de mucha incomprensión y lágrimas, con el paso de los años decidí hacerme ajeno a los cómos y porqués de aquellos años.
Me quedó claro responderme a preguntas duras y difíciles, y obtener por respuesta que el menos involucrado y culpable de aquello fui yo. Yo solamente estuve en ese momento, jugué cierto papel y sucedieron las cosas.
¿Influí en el clímax y conclusión de la historia? De ninguna forma. Toda huella de aquellos tiempos, con personajes y espacios incluidos, los veo como integrantes de una historia lejana, en la cual me veo remotamente involucrado para que actualmente respire tranquilo y vea tranquilamente a los ojos a todos los personajes.
Si bien ya les deseo lo mejor en sus vidas, también ya no me interesan en lo absoluto sus actos, por ello es por lo que puedo tranquilamente ver una fotografía de aquellos años que pudieron haber estado llenos de más alegría y menos sufrimiento. Que hoy en día me cuestiono a mi mismo y me pregunto hasta qué punto me dejé llevar por un guión no escrito por mi, y que pude decidir otro camino, sí, me he cuestionado. Pero también existe la convicción de que ya obtuve el aprendizaje que debi de tener -hace mucho tiempo atrás-, y que tenía que llegar el momento de reconciliarme con mi pasado. Pensarlo y visualizarlo como eso: como algo que ya fue, y que no puedo hacer mucho para modificarlo. Desde muchos años antes decidí recomenzar mi vida, y reinventarme. Tomar los actos -mis actos- como propios aquellos que sean, con sus respectivas consecuencias y decir, con la misma valentía con la que los hice: eso hice yo.
Trazar al boceto de mi historia de vida, y tratar de seguirlo al pie de la letra. Conciente, claro está, de que habrá escenarios que cambien, e incluso que muchos de los personajes que estarán presentes tendrán su ciclo en mi historia. Que no tienen que estar presentes a lo largo del proceso creativo y de producción de mi historia de vida. Aceptarlos en su momento, disfrutarlos, aprender y cuando sea necesario... dejarlos ir.
Todo esto viene a colación porque recientemente mi mother ha estado haciendo un proceso similar al que yo hice años atrás: está deshaciéndose de todo aquello que no le sirve. Específicamente con fotografías.
Me ha pasado muchas de mi infancia -¡cómo han pasado los años!- pero también de mi no tan lejana adolescencia y es ahí donde me encuentro con aquellas piezas que fueron fundamentales en su momento, pero que ya ahora representan sólo un recuerdo. Por ello es que tengo el valor de deshacerme de muchas de esas fotos.
Imágenes de un pasado, de una vida que ya no es la mía y que no me interesa conservar.
Me quedo, eso sí, con los pocos, escasos tal vez, actores y también piezas clave que me rodearon en aquel rompecabezas de vida. ¿Cuántos? A lo mucho, dos. Personas que son todavía, y que lo serán porque así lo he decidido, afectos muy cercanos y que siempre me reciben con una mirada y una gran sonrisa. Personas que también pasaron y estuvieron presentes -y partícipes- de ese largo guión.
Porque lo decidí, dejé de sufrir y opté por hacerme mi vida mucho más grata.
Recupero una reflexión del Venerable monje budista Ajahn Chah:

"Usted está sufriendo; ¡haga algo respecto a eso ahora mismo!" Él no perdía mucho tiempo hablando acerca de la paz, la sabiduría o estados nibbánicos, sino sobre la práctica de estar constantemente consciente y alerta de aquello que está pasando dentro del cuerpo y la mente en el momento presente, aprendiendo simplemente cómo observar y dejar ir.

Chan estableció en 1954, cerca de su villa natal, su monasterio de nombre Wat Pah Pong.
Sí estoy de acuerdo en recuperar parte de la historia que me traiga buenos recuerdos, experiencias placenteras. Reconociéndome actor protagónico de aquellos momentos. Pero me opongo a que pretendan y obliguen -y miren como un malagradecido- a hacer mío y seguir sufriendo por una historia que ya terminó y que no hay necesidad de retomar.
Hoy tengo más cosas que disfrutar, de las que tuve en el pasado.

4 comentarios

Di -

El chiste,incluso de las cosas dolorosas, es que aprendemos y crecemos,tal vez sin ese dolor no seríamos las personas de hoy

angie -

Papito Ciudadanezco que te pierdes y apareces ahi cuando ya no creo en milagros y zaz!
Ando con el internet pirateado, a ver cuanto me dura el chiste, pero es que me gané otro premio y ando festejando...

Besotes desde la no tan fría alemania!

Mariana -

Lo bueno es que uno tiene el chance de reescribirse... ¿no lo crees? Sí, sé que mucho de lo que uno es ya está ahí y no hay forma de saber cómo llegó... ¿alguien más escribió en nuestro libro?

Me da gusto saberte más pleno ahora... la conciencia a veces ayuda.

¡Besotes muchotes!

Mariana.

NancyQ -

Pero mi querruris!!!!
Que sorpresa al verte por ahi, no tengo excusa lo se, que si se hace tarde, que hoy no me conecte que me duele la cabeza que que que a panchita la bolsearon, que ando a mil con mi trabajo puffff....yo tambien te extrañaba y PROMETO, visitarte mas seguido, como viste ando Up and down, pero ya estoy encontrando el balance...
BESHOS MILES!