Visitas Inesperadas
Semanas atrás fui al museo.
Específicamente el Museo Nacional de Arte (MUNAL), uno de los museos más bonitos de la Ciudad de México.
El motivo de mi visita -realmente "nuestra visita", porque fui con el Sr. ABcedario- fue ver una exposición de pintores españoles que días recientes había leído la reseña en una revista. Si mi memoria no me engañaba, faltaba de menos un mes para que desmontaran la famosa exposición.
Total que después de una tarde algo atropellada -donde el tráfico se empeñó en impedir nuestra llegada- llegamos a las puertas del museo precisamente cuando el reloj marcaba pocos minutos para las tres de la tarde... y primer gran sorpresa, resulta que el museo cierra a las 5, así que teníamos los minutos contados.
Comenzamos a recorrer las instalaciones y me maravillaba con las distintas pinturas y esculturas de la exposición permanente del museo. Al llevar bastantes minutos y no encontrar la sala de los pintores españoles pues decidimos consultar a un vigilante.
Con ese aire de distracción tan característico de los vigilantes de museos, nos comentó que exactamente ocho días atrás concluyó la exposición sobre la que teníamos puesto todo nuestro entusiasmo.
En ese momento no sabíamos si hacer un esfuerzo sobre humano para recordar la fecha que habíamos visto en la revista o seguir el recorrido. Por supuesto que apostamos a lo segundo: seguir recorriendo el museo.
Aunque a simple vista parece un museo pequeño, el MUNAL cuenta con instalaciones bastante extensas, haciendo prácticamente imposible recorrerlo en menos de dos horas. Además claro, como ya teníamos el plan de visitarlo íbamos armados con nuestras cámaras para tomar fotos (como buen ciudadano, pagué mis respectivos pesos -pocos- por el permiso para introducir cámara al museo).
Así que cuando menos nos imaginamos, ya teníamos detrás de nosostros a medio equipo de seguridad siguiéndonos y cerrando las puertas de las salas según íbamos avanzando. Calculo que en esas dos horas visitamos dos terceras partes de la galería. O incluso un poco menos, porque una de las salas la recorrimos aprisa por el eminente cierre del museo.
Quedamos en regresar el fin de semana siguiente... pero no hemos regresado. (Foto de la visita aquí y acá... pero recuerda regresar al blog para que sigas leyendo)
Otro lugar que visitamos hace pocos días fue el mirador de la Torre Latinoamericana, también en la Ciudad de México.
En algún momento de mi vida había oído hablar de su mirador, pero no me generaba mayor cosa.
La onda de los miradores se desató hace cosa de dos o tres años en la Ciudad, cuando se inauguró "Torre Mayor". Un edificio de 59 pisos -incluídos cuatro niveles de estacionamiento-, es decir, tiene una altura de 225 metros a nivel de banqueta. Con esas dimensiones se consideró -por muchas razones y metros- superior a la "Latino" (teniendo ésta última 44 pisos y 182 metros). Por ende ya se considera a "Torre Mayor" el edificio más alto de México.
Lo que sí hizo bien Torre Mayor desde el principio fue mercadear su mirador.
Por algunos años se oía hablar solamente del mirador de Torre Mayor. Ante tan apabullante publicidad ni tardo ni perezoso me lancé a ver la ciudad desde la "Mayor" altura de México. La emoción fue mucha... pero... considero que el gran error del mirador es que por la estructura del mismo edificio, en el mirador solamente se alcanza una visión de la zona sur de la ciudad, así que el panorama era limitado. El Mirador de Torre Mayor dejó de operar luego de que los de Red Bull organizaran el lanzamiento de un paracaidista desde la cima del edificio sin haber tramitado los permisos necesarios. Hasta ahí llegó la vida del mirador de "Torre".
Y fue enconces cuando la Latino tomó ventaja.
Pero como decía antes de todo este breviario cultural, nunca antes había subido al mirador de la Latino. Es más, mi imaginación ya lo daba por desaparecido.
Pero el fin de semana pasado el Sr. ABcedario propuso subir los 182 metros.
La aventura fue interesante, sobre todo porque este mirador si es de 360 grados, así que es posible divisar la Ciudad en sus cuatro puntos cardinales.
A esa altura y gracias a que uno de los super binoculares que hay instalados se quedó "abierto", ahorrándonos dos pesos cada 75 segundos, pude ver la entrada del Palacio Legislativo de San Lázaro. La terminal 2 del Aeropuerto internacional...
Y ya fisgoneando por la Ciudad, alcanzamos a ver a una señora lavando su ropa en la azotea de su edificio. También localizamos una iglesia muy iluminada y que a la distancia se ve muy bonita, pero que nunca supimos cuál es.
El chiste se acabó cuando una mujer joven nos dijo que si le prestábamos "nuestros binoculares"... y es que la verdad si ya llevábamos pegados como 30 minutos... Y nosotros nada más oíamos que gente entraba y salía.
Ahora no hubo fotos. Nos alcanzó la noche, pero yo creo que de día o al atardecer se ha de ver realmemente maravilloso. Pero ya quedamos de ir el fin de semana con cámaras para hacer tomas a 182 metros de altura.
Ya estaré contando.
7 comentarios
lulu -
ANGEL -
NancyQ -
Ando un poquitin resfriadita pero firme a mi promesa.
Beshitos papa!!!
Gaviota -
azul -
Por cierto yo quiero fotos. :P
7mo sentido -
Jess -
Una lastima lo de la exposicion de los pintores españoles y q los estuvieran corriendo del museo pero me imagino q igual debe haber sido re lindo.
Espero q sigas visitando lugares y nos mantengas al tanto...
Besos