Recorte... II
Son mi delirio.
Por un buen tiempo, en mi infancia, y sobre todo durante nuestros viajes a los Estados Unidos, no podía ver mi día sin uno (o dos, o tres, etcétera) paquetes de éstas delicias: mini donas. Pero eso: Mini, pequeñas, sino no.
Hace algunas semanas, Lester desató mi locura de nueva cuenta por éstas bombas en grasas, cuando al tener guardadas en una bolsa de papel una órden de donitas mi olfato las detectó y en un santiamén desaparecieron.
Regresaron a mi vida.
Un recorte de mi diario de vida bastante irresistible.
Donitas, donitas, ¿cuántos gramos de sobrepeso me dieron en mi infancia? No lo sé, y la verdad, no me interesa.
Sabores y olores que nos regresan en un tronar de dedos a momentos, días, años específicos y echan a andar nuestro cerebro para darle un sentimiento.
Un recuerdo... suculento.
1 comentario
Gaviota -
Besos y buen inicio de semana