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Lo que no sabes...

Un cafecito

Un cafecito

> Me gusta mucho el café.
Creo que lo he comentado en este espacio.
Café de grano, por supuesto.
De sabor fuerte y no ácido. Que se haga presente con su aroma.
Cuando lo hago en casa tengo la garantía de que es 100% fresco; y lo hago a mí modo y de la intensidad que sólo a mí me gusta.
En cambio, cuando voy a algún restaurante a tomarlo pues me he topado en más de una ocasión con café malo. O para decirlo en mis palabras "bastante/medio (dependiento el caso) pinchito". Después de tomar miles de tazas en mi vida, ya identifico un café relativamente recién hecho de uno que está para tirarse por la ventana o para regar las plantas.
También, es muy común en mí (y mi afán de hacer cosas raras) de que no me termine la última taza de café. Si estoy en un restaurante, exprimiré la primera taza; la segunda... etcétera... pero para la última difícilmente paso de la mitad.
Curiosamente cuando tomo café en casa no me lo acabo de un jalón. Casi siempre tomo la mitad de la taza, lo guardo y por la tarde o la noche me lo termino... ¡frío! No lo caliento (o recaliento). Me lo tomo así, a temperatura ambiente. Y me gusta. Me gusta el sabor que toma al enfriarse naturalmente. Y entonces es cuando me lo acabo. Al paso de varias horas.
Con el afán de darle un giro más interesante a mi mundo del café he aprendido a hacer un par de distintos tipos de café. Uno de ellos el café estilo turco. Si bien no tengo esa tetera-cafetera tan cuca que usan los turcos, me las arreglo y con un pocillo pequeño obtengo muy buenos resultados.
La semana pasada, después de varias semanas, me hice mi café turco. Lo hice, claro está, como siempre lo he hecho. Pero me confié demasiado. El día anterior me había hecho té de canela (100% natural, con una raja de canela fresca y aromática) y lo serví en un termo del 7- Eleven. Como la tertulia nocturna cibernética estaría larga, opté por hacerme poco más de una taza de café turco. Y qué mejor lugar para servirlo que en mi termo. Subí por él a mi cuarto, lo di una ligera (ligerísima, ahora entiendo) lavada y vacié mi café en él.
Bueno, nunca pensé que la canela fuera tan concentrada y costara tanto trabajo quitar el sabor del recipiente, porque al cabo de los minutos mi café turco terminó sabiendo a café de olla... turca, porque obtuvo un dejo sabor a canela bastante peculiar.
No me incomodó, solamente aprendí que hay que lavar muy bien el termo después de usarlo para tomar té de canela porque la sorpresa puede ser inesperada y agradable al gusto.
¿Cómo te gusta el café?

3 comentarios

Superhero!! -

Chanfle!! ya llevas dos comentarios de gente que no gusta del café...
Ahhh, pero aqui estoy yo para hacerte el paro.
Yo también soy un amante del café.
Tengo la rutina diaria de llegar a la oficina y antes de mover un solo dedo me preparo mi inperdonable café matutino.
Yo lo tomo negro, bien cargado y poca azúcar. No me gusta ponerle leche o crema y odio el descafeinado.
Claro, tb prefiero el de grano pero aca en la oficina casi siempre tengo que tomar un remedo de café soluble.
.
Nunca he probado el café con "piquete"... ¿Con que se prepara?

Nancy -

A mi no me gusta el café :P, las únicas bebidas calientes que tomo son el té de canela y el chocolate :)

Pero el aroma a café extrañamente me gusta mucho... pero el sabor no lo tolero.

CRUDO -

Ya lo habia mencionado antes, yo no tomo cafe porque me pone muy loco, me dan taquicardias y me falta el aire y me acelero muy feo jojo