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Breves Budistas V: Las 32 Marcas de un Buda (1)

Breves Budistas V: Las 32 Marcas de un Buda (1)

En las siguientes publicaciones de "Breves Budistas", explicaré basándome en información publicada por "Casa Tibet" en su página de Internet, las 32 marcas o señales para reconocer a un Buda.
Si bien la gran mayoría de los seres que han alcanzado la iluminación son imperfectos, con el paso de los años y de la acumulación de experiencias de sus vidas pasadas han ido alcanzando mayores niveles de iluminación, emanación y perfeccionamiento. Los budistas, por lo tanto, enumeraron y reconocieron 32 marcas mayores y las 80 menores de un ser plenamente iluminado.  Cada uno de estos signos, es resultado de comportamientos constructivos ejecutados en vidas pasadas.  De hacernos concientes de éstas características físicas, podremos orientar a nuestras vidas, en la dirección positiva y seguro que nos muestran.

Las 32 marcas mayores de un Buda son el medio que indica la presencia de un gran ser o persona (Mahapurusha), mientras que las 80 marcas menores sirven como medios para establecer impresiones positivas en la conciencia de otros.

Las características físicas de un Buda poseen signos de excelencia que evidencian su corazón compasivo y su profunda sabiduría.  A menudo, dentro de la tradición budista se afirma, que tan solo ver la representación pictórica de tal ser es suficiente para llenarnos de un sentimiento de paz, ausente de toda forma de apego.

De las 32 marcas mayores, reproduzco las diez primeras señales marcas de un Buda:

1. En la palma de sus manos y sus pies, se encuentra la impresión de la rueda del Dharma de mil rayos, tan claramente delineada como si estuviera tallada en marfil.  Estas marcas son tan nítidas que pueden ser vistas a distancia.  Un Buda camina como si flotara en el aire, nunca dañando o perturbando a las criaturas que moran en la tierra.  A pesar de que sus pies nunca tocan la tierra, éstos en ella dejan impresa, la huella de la rueda del Dharma.

La causa de esta extraordinaria característica y facultad física, es el haber siempre bienvenido y acompañado a sus mentores espirituales, así como haber mostrado una actitud altruista, centrada en ofrecer sus servicios y auxilios a todos lo que lo necesitaran.  Esta es la razón por la que dentro de la cultura tradicional budista, al discípulo encontrarse con sus mentores espirituales, los recibe y escolta con una vara de incienso prendida, más tarde guiándolos, de la misma manera, a sus aposentos.

2. Como resultado de haber cumplido y respetado los votos de la liberación individual, el mantenerse en un estado de plena atención y desasociarse de toda forma de confusión, la piel de las plantas de los pies de un Buda es tan suave y lisa como la concha de una tortuga.

3. Como producto de haber practicado por eones, las cuatro acciones de influencia positiva que concilian y atraen a otros (ser generoso, hablar de forma agradable, actuar y vivir de forma significativa), un Buda manifiesta entre los dedos de sus manos y pies una telambre de luminosidad.

Como recordatorio de éstos signos, en la práctica ritual cotidiana, mantenemos los dedos de nuestras manos en el gesto de la plegaria, ligeramente abiertos y colocamos nuestras manos firmes y rectas en el suelo al hacer postraciones.

4. Debido a que a lo largo de sus infinitas vidas, un Buda ha sido generoso con todos los seres, dándoles alimento y bebida, su piel sin importar la edad, carece de arrugas y es tan suave como las manos de un niño lactante.

5. Como resultado de su generosidad material al ofrecerle vestimentas y ornamentos a los distintos seres, la piel en siete partes de su cuerpo (empeines, dorso de las manos, hombros, codos y rodillas) se encuentra ligeramente redondeada y levantada.

6. Como resultado de haber protegido y salvado del sacrificio a muchos animales, recibe una larga vida y las raíces de las uñas de sus manos y pies son extremadamente largas.

7. El talón de sus pies presenta un pequeña protuberancia. Esto es el resultado de haber hecho hasta lo imposible para ayudar sinceramente a otros, salvar sus vidas y darles comodidad.

Existe una antigua historia budista para explicar esto. Se dice que en una de sus previas vidas, el Buda renació como una tortuga gigante que vivía en las profundidades del mar. En una ocasión salvó la vida de unos marineros que habían naufragado, invitándoles a que se tomaran de su caparazón para así conducirles a la playa.  Al llegar a ésta, como resultado de su esfuerzo y agotamiento, se vio imposibilitada a regresar al mar.  Miles de insectos aprovecharon la circunstancia para trepársele al caparazón y devorarla.  Con espíritu altruista, la tortuga decidió no presentar resistencia alguna, haciendo un último esfuerzo y zambulléndose en el mar.  Por el contrario, permitió que los insectos consumieran su carne para así poder sobrevivir.

8. El cuerpo de un Buda es erguido, recto y de siete codos de alto, ya que por eones se ha abstenido de tomar la vida de otros seres.

9. Como resultado de la práctica de las seis actitudes de largo alcance (paramitas: generosidad, paciencia, moralidad, entusiasmo perseverante, concentración y sabiduría), los codos y rodillas de un buda son redondeados y suaves.
 
10. El bello corporal de un Buda crece hacia arriba, debido a su compromiso con la ejecución de prácticas constructivas y su capacidad para inspirar a otros a hacer lo mismo.

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3 comentarios

Rubén -

Hay que tener cautos en todo lo que leemos. Hay mucha fantasía añadida a lo que es real. Un ser iluminado es infinito, consciencia y alegría puras. Su transformación es hacia lo sutil pero se puede ver algo desde el exterior:
1) Sus ojos brillantes, llenos de vida.
2) El cráneo cambia ligeramente su forma. Se eleva la coronilla, creándose una ligera prominencia en los huesos.

Twitter: ElAireDulce


lili -

ah tengo un buda indu y lo estoy buscando en internet para saber que buda es y no lo eh podido encontrar podrias ayudarme a describir que significado tiene

Leo -

Interesante, pero qué pasó con las otras 22 señales????